Por una Banca Pública

Tengo abandonado esto desde hace varios meses, ando un poco liado por todas partes y cada vez se hace más difícil actualizar LSI. Pero hace falta que por un día me suba encima del cajón y predique un poco.

 ¿Cuál es el poder de un solo individuo? Me pregunto muchas veces. Pues precisamente éste, aunque suene pretencioso, dar su opinión y dentro de sus posibilidades, ayudar a los demás. Pues de vamos a ponernos en acción y de paso, a liberar un poco de bilis, que ya va siendo hora. Aviso de antemano que es mucho tiempo sin desahogarme y que va ser duro, áspero, desestructurado y un poco visceral.

 

Ya he hablado en alguna ocasión en qué consiste mi trabajo, soy auxiliar administrativo interino en el departamento de recaudación ejecutiva en un ayuntamiento, trato de tomármelo lo mejor que puedo, es un momento muy duro y cuesta verse a uno mismo dando palos a los que no pagan impuestos. Hay días en que te sientes como el policía que da palos a los manifestantes. Te recortan los derechos sociales, laborales y salariales y a cambio aseguras el cobro de un dinero que, en demasiadas ocasiones, va destinado a mantener la posición de unos cuantos.

 Así que tratas de encararlo de otra forma, entiendo que sin obligaciones fiscales lo que queda del estado del bienestar se va al carajo, ni profesores, ni policías, ni alumbrado por las noches, ni bibliotecas, bomberos, geriátricos, urgencias, ni ayudas sociales, etcétera. Está claro que en las administraciones públicas se produce mucho malgasto, pero se produce mucho más biengasto, y de ese apenas se habla. No pasa nada, es nuestro trabajo.

 Los funcionarios del país siempre estaremos de parte del ciudadano, no lo digo yo, lo dicen nuestros sindicatos. Quizá se han encontrado alguna vez con un fulano o fulana que les ha tratado mal, que no les ha prestado la atención que merecían o que no les ha solucionado el problema. Bien, les remito al párrafo anterior, aunque de vez en cuando llevamos a cabo alguna actuación que sólo se puede calificar de cerril, todos tratamos de comportarnos de forma cortés. Nadie puede estar de buen humor todos los días y aunque esto no justifica según que comportamientos, el que este libre de pecado que tire la primera piedra.

 Mis compañeros y yo, desde nuestra posición, tratamos de asesorar a quien trata de pagar sus impuestos como buenamente puede. En este momento mucha gente tiene problemas para asumir el brutal porcentaje de presión fiscal que acarrea vivir en España, que está alrededor del 40-50%. Traducido a Román Paladino significa que usted y yo trabajamos hasta finales de mayo para pagar nuestros impuestos. Es una situación muy desagradable contra la que sólo tenemos dos armas, el voto y la calle. Que se pueda votar cada 4 años es una eternidad en momentos tan convulsos como éste, ello convierte la calle en una herramienta para corregir “defectos” electorales, como por ejemplo que te den gato por liebre con las promesas pre-elecciones. Ahí lo dejo.

 Como estamos en crisis todos nos hemos apretado el cinturón, todos cobramos menos o, al menos, tenemos más cerca de la cabeza la espada de Damocles que separa el mundo laboral de la cola del paro.

 ¿Todos? No claro que no, todos no. El estado ha reducido su presupuesto en varios miles de millones de euros, a costa de cosas VITALES como educación, inversión en I+D, sanidad o aumentando la presión fiscal y otras no tan vitales, pero que agravan la crisis como el sueldo de los funcionarios y sus pagas. Todo ello para pagar las facturas de unos bancos que operaron como herramientas de auténticos estafadores. Sí, parte de la política dice que estamos socializando las pérdidas bancarias, pero la realidad es que ese rescate sirve, además, para cerrar un círculo que se abrió hace años.

En todas partes al rico del pueblo le recalifican unos terrenitos, el jodío, como lo esperaba, compraba antes todas las propiedades colindantes a la suya, luego, una vez recalificados, los politizados consejos de administración de ciertos bancos (Bancaja, Caja de Madrid, Banco de Valencia, CAM, La Caixa) decidieron comprarlos por un potosí. Ahora “se dan cuenta” que esos terrenos no valen un carajo y la factura la hemos de pagar los ciudadanos: Por un lado como contribuyentes, en el famoso rescate bancario, y por el otro como clientes de las entidades bancarias.

Porque yo por el regalazo llamado “rescate bancario” sigo esperando una carta de mi caja en la que me comunique que me recortan el diferencial de mi hipoteca, porque ya lo he pagado como contribuyente. O, al menos, un compromiso de las entidades bancarias de quedarse los pisos en pago por las hipotecas, cosa que según el espíritu de la ley hipotecaria, sería lo normal. Pero nada.

No sólo no ha sido así, sino que además quieren cobrar comisiones hasta por respirar y, en una clara demostración de lo cerdos insaciables que llegan a ser, se dedican a urdir estrategias para arruinar más a su clientela, hasta el límite de la legalidad ¡y más allá!

La explicación de una de ellas por twitter es la que provoca este post.

Como su asesor fiscal online, gratuito y desinteresado paso ahora a explicarles como evitar ciertos timos que llevan a cabo los bancos.

1)      Ningún banco les puede cobrar comisiones por la libreta que usan para pagar la hipoteca. Imaginen que tengo una hipoteca con Bankia, pero yo trabajo normalmente con el BBVA y realizo un traspaso todos los meses desde el BBVA a una libreta de Bankia para pagar los plazos de la hipoteca. Bankia NO puede cobrarme comisiones por esa libreta, aunque tenga 28 días al més un saldo de 0 euros. La razón es que los bancos OBLIGAN a que el dinero para pagar los plazos de una hipoteca salga de una libreta de la misma entidad y ya te cobran por ello en el diferencial.

2)      Según la ley del consumidor, tenemos 58 días para devolver cualquier adeudo por domiciliaciones de forma gratuita. Algunas oficinas bancarias ponen trabas a la hora de devolver a alguien el importe de su recibo dentro de ese plazo, no entiendo muy bien en base a qué, puesto que al banco ni le va ni le viene lo que el cliente haga con su dinero.

3)      Si se ven en el mal trago de tener que donar su casa en pago, no se fien de la supuesta buena fe de su entidad bancaria, léanse el contrato de donación en pago varias veces. Muchas entidades están disfrazando las donaciones en pago (donas el piso y lo comido por lo servido) en contratos de compraventa (vendes el piso a cambio del resto de la hipoteca). En un caso la ley establece como sujeto pasivo –el que lo acabará pagando- del impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana al que recibe la donación y en el otro al vendedor. A alguien en bancarrota no le hace mucha gracia encontrarse un día por sorpresa una notificación del ayuntamiento por una plusvalía de 2000€ y menos, si cabe, cuando su banquero de confianza, con una sonrisa, le aseguró que ya estaba todo arreglado.

4)      NO CONFIEN en ningún empleado de banca, NINGUNO. Ni amigo, ni primo lejano ni nada. Esto es vital. La banca premia a sus empleados por los productos que coloquen a sus clientes, cuanto más ventajoso para la entidad, más recompensa para el empleado, cuanto mayor sonrisa ponga su banquero, sepa usted que más hondo le está jodiendo.

Todo lo anterior viene a decir: podemos cambiar la política, esta puede ser mejor o peor pero es pública y mutable. El sistema político vigente, como digo siempre, es válido, de hecho, Julio Anguita sostiene por donde pasa, con razón y aunque sorprenda a todo el mundo, que lo que se está haciendo con el país no encaja dentro del marco constitucional: ¿Pérdidas de derechos adquiridos? ¿Diferente criterio en la aplicación de la justicia según el procesado? ¿Fraudes electorales? ¿Elecciones “a dedo” en el seno de los partidos? Todo violaciones flagrantes de la Constitución Española.

 La Constitución Española sólo contempla una dirección, hacia adelante, sólo contempla una justicia para todos, sólo contempla un sistema electoral plural y objetivo. Aquella lección de consenso, la norma suprema, la piedra angular de todo nuestro sistema está siendo vejada continuamente por los actuales políticos. Este desprecio hacia nuestra Constitución justificaría por si mismo que tomáramos la calle, el parlamento, la Moncloa o la Zarzuela o lo que haga falta, exigiendo que se aplicaran los principios que se votaron en la Constitución. Ni más ni menos.

Eso sí, nos llamarían revolucionarios y nos hartarían de porrazos.

Sin embargo lo que realmente necesita un DERRIBO TOTAL es el sistema bancario, el cual actualmente trata de convertir a los ciudadanos en esclavos de sus intereses.

Si una persona no puede realizar su actividad diaria sin entrar en ese sistema, si NADIE puede cobrar en metálico porque es ilegal, ni puede acumular riqueza en metálico porque es ilegal, ni puede pagar y cobrar con su propia moneda porque es ilegal, el estado DEBE crear una banca pública.

Y ojo, que no es accesorio, el estado no puede crear normas que hacen el aspecto bancario de la vida de sus ciudadanos OBLIGATORIO y confiar completamente este aspecto a entidades privadas.

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